Más allá del rapto: hermanitos de Guachochi fueron violentados y explotados laboralmente

Rosita y Eduardo, de 10 y 7 años, de origen raramuri, fueron raptados al salir de la escuela en la comunidad de Guachochi, por un vecino que los mantuvo cautivos y los hizo pasar como sus hijos durante 4 meses en un rancho donde los obligó a acarrear piedras y hacer tortillas, por lo cual él cobraba. Otros trabajadores se percataron de que además los golpeaba, por lo que se dio aviso a las autoridades, siendo rescatados y a él lo detuvieron.
Para la FEM (Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razón de Género y la Familia), este caso escala de la práctica común de familias de jornaleros en donde los niños colaboran en los trabajos, lo que raya en la explotación infantil, a la trata de personas agravada y lesiones, por lo cual irá por la condena máxima de 35 años de prisión.
En cautiverio permanecieron durante cuatro meses los dos niños de origen raramuri que fueron raptados en el municipio de Guachochi por un hombre que fue su vecino durante un tiempo en la comunidad donde habitaban junto con sus padres y demás hermanos.
Entre labores de acarreo de piedras y elaboración de tortillas, los infantes fueron obligados a realizar trabajos forzados por parte del presunto raptor identificado como Héctor C. M., quien se los llevó desde su pueblo de origen desde el mes de octubre del 2024.
La titular de la Fiscalía Especializada de la Mujer, Wendy Chávez, informó que se tiene la hipótesis que los menores fueron trasladados a Chihuahua capital de manera inicial, donde permanecieron cerca de un mes y medio hasta que el hombre consiguió empleo en un rancho ubicado en el municipio de El Tule, hasta donde se los llevó.
Tras las indagatorias, la fiscal mencionó que el sujeto contaba con domicilio en la capital del estado, lugar donde se quedaban; sin embargo, al enterarse de que estaban solicitando personal en un rancho de El Tule, decidió trasladarse hasta ese punto.
Son mis hijos y su madre los abandono: la versión del presunto raptor
Luego de acudir a trabajar en el rancho de El Tule, el hombre que también es de origen raramuri presentó ante los demás trabajadores y los patrones a Rosita y Eduardo como sus hijos, manifestando que su madre los había abandonado y que ese era el motivo por el cual lo estaban acompañando.
El predio donde el joven trabajaba no estaba cerca a la casa principal del rancho, ya que caminando se hacía una hora aproximadamente hasta donde estaban los niños, por lo que los demás trabajadores no tenían contacto con los infantes.
Sin embargo, días previos a que fueran rescatados, Rosita y Eduardo se acercaron a la casa principal y fue cuando los otros trabajadores observaron que contaban con huellas de violencia física, por lo que le manifestaron a Héctor que los regresara al lado de su madre.
Lo informado por Wendy Chávez fue que debido al maltrato que presentaban, el propietario del rancho giró instrucciones a uno de sus empleados para que trasladaran a los niños a través de un servicio de transporte de autobús hasta el municipio de Guachochi para reintegrarlos a su domicilio.