Es posible evitar discapacidad por artritis reumatoide
El ISSSTE aplica estrategias de diagnóstico temprano a pacientes con artritis reumatoide, a fin de procurarles a tratamientos farmacológicos modificadores de esta enfermedad, con el propósito de evitar que en estos pacientes la enfermedad evolucione hasta ocasionarles discapacidad, señaló el director general de este instituto, Pedro Zenteno.
En el marco del Día Mundial de la Artritis Reumatoide, el directivo refirió que el instituto al servicio de los trabajadores del Estado, promueve hábitos de autocuidado de la salud entre sus derechohabientes, como la sana alimentación y la activación física; no obstante, hay padecimientos incapacitantes como esta enfermedad, que afectan sobre todo a personas adultas jóvenes, ya que suele presentarse entre los 20 y 50 años.
Recordó que este tipo de padecimientos, aunque no es posible prevenirlos, sí se pueden llevar a cabo detecciones y diagnósticos tempranos que permitan iniciar el abordaje farmacológico a tiempo, a fin de postergar su evolución el mayor tiempo posible, favoreciendo así, dijo, la calidad de vida de estos pacientes.
En este sentido, el subespecialista en reumatología, del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, Ricardo Santiago Ramírez, explicó que la artritis reumatoide es una enfermedad reumatológica crónica que se caracteriza por la inflamación de las articulaciones generada por una autoinmunidad, lo cual ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error los tejidos del cuerpo.
Ofrece a derechohabientes con artritis reumatoide un tratamiento inicial con fármacos modificadores
El objetivo de la detección temprana, puntualizó, es brindar tratamiento para controlar la artritis y favorecer que estos pacientes conserven su capacidad funcional motora al cien por ciento y tengan calidad de vida.
Al respecto, abundó que el instituto ofrece a sus derechohabientes con este diagnóstico un tratamiento inicial con fármacos modificadores de la enfermedad que ayudarán a mantenerse estables, sin dolor, sin inflamación y con buena calidad de vida.
“Estos tratamientos se dividen en modificadores tradicionales, tratamientos biológicos y moléculas pequeñas; cada uno tiene sus indicaciones, son medicamentos que se inician y mantienen a lo largo de la enfermedad para que el paciente realice sus actividades de la vida diaria, laborales y sociales, y no tenga ninguna limitación”, enfatizó.
Es importante que el diagnóstico se realice lo antes posible, una vez iniciados los síntomas, para que no haya un cambio crónico que dañe y limite la funcionalidad de las articulaciones, el paciente responda mejor al tratamiento y mantenga mejores niveles de control, estabilidad y preservación funcional.
La artritis reumatoide, agregó, afecta al uno por ciento de la población en México; sin embargo, los estados del sur tienen mayor prevalencia (1.5 por ciento); esto, debido a una predisposición genética.
En los servicios de reumatología del ISSSTE, la artritis reumatoide es la primera causa de consulta en mujeres, y dentro del grupo de las artropatías inflamatorias (enfermedades que inflaman las articulaciones) es la patología más prevalente.
La artritis reumatoide afecta principalmente a personas adultas jóvenes, a diferencia de la osteoartrosis, que se debe a una condición degenerativa, donde la prevalencia por grupo de edad es en adultos mayores.
Precisó que el diagnóstico se realiza mediante la exploración clínica y estudios de laboratorio en sangre para identificar biomarcadores de factor reumatoide y anticuerpos como los antipéptidos citrulinados, marcadores de proteína C reactiva y velocidad de sedimentación, para documentar la inflamación articular.
En una primera etapa, esta enfermedad se presenta con una inflamación generalizada de las articulaciones —pequeñas y grandes— que causa aumento de la temperatura y del volumen de la articulación, dolor y enrojecimiento, por lo que, ante cualquier detección de dolor o limitación articular, no debemos esperar ni dejar pasar el tiempo, sino acudir de inmediato a la clínica familiar para descartar o confirmar un diagnóstico de artritis reumatoide y, si es el caso, acceder a tratamiento oportuno que permita reducir riesgo de discapacidad y llevar una calidad de vida adecuada, con un buen pronóstico.